miércoles, 20 de mayo de 2020

¿Juega la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela a apagar sus propias luces?


También sabemos qué cruel es a menudo la verdad, y nos preguntamos si el engaño no es más consolador.

Jules Henri Poincaré
Matemático, físico, filósofo francés del siglo XIX


¿Juega la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela a apagar sus propias luces?

Alberto Salazar
18 de Mayo de 2020


En este tercer milenio, el triste hecho de que una academia venezolana, divulgando un informe deficiente y poco científico, haya olvidado su esencia y propósito, para ceder ante intereses y deseos políticos, constituye una tragedia significativa para la nación. Y es que, con semejante falla ha terminado colocándose en el lado de lo que se supone debía combatir; el espacio de los que promueven todo aquello que es contrario a la ciencia y que no pocas veces se disfraza de ella. Con sarcasmo pudiéramos decir que respaldando semejante dislate científico, la Academia de Ciencias Físicas, Matemáticas y Naturales de Venezuela olvidó su esencia, echó por la borda siglos de dura pelea y avance contra el pensamiento mítico y resquebrajó sus bases filosóficas.

Y es que la verdadera ciencia es la más interesada en conocer la verdad y por ello es muy rigurosa ante las equivocaciones e ilusiones. Se adelanta con extrema precaución antes de expresarse y aún después de haberlo hecho, sujeta todos sus pronunciamientos ante futuras y potenciales revisiones. De forma que no escatima esfuerzo para verificar sus afirmaciones o teorías, rechaza el dogmatismo, las creencias sin bases firmes, demanda comprobaciones por doquier y se pronuncia únicamente, cuando su descubrimiento ha superado un proceso arduo de exámenes y revisiones. No satisfecha ante todo eso, siempre deja espacio para retornar y validar cualquier dicho que previamente haya realizado, llegando incluso a potencialmente negar por completo su contenido en caso de que disponga de nueva información que le permita contradecirse racionalmente. Siglos de estudio y aplicación han refinado este proceder y constituyen para el mundo moderno uno de los pilares que sostiene su respeto y poder.

En un mundo de incertidumbre e ignorancia, la ciencia cuidadosamente enciende una luz para decir yo puedo ayudar a que el hombre reconozca con la mejor precisión y “objetividad” posible, lo que le rodea o atrae. Esto quiere decir, que la ciencia es cuidadosa y precavida ante lo que divulga y si no dispone de suficiente evidencia que respalde una postura, prefiere mantener silencio o claramente sostener que no tiene elementos que le permitan pronunciarse. Esta fundamentación teórica no es algo que un Palacio de Academias Científicas desconozca, por el contrario este es su credo, su mantra y el pilar que la guía en todo lo que realiza. Una academia científica está conformada por numerosos y prestigiosos científicos de las áreas que la constituyen, los cuales tradicionalmente llevan duros y largos años de altos estudios y notables investigaciones para poder incorporarse a ella. Y es únicamente, cuando superan un sólido grado de perfección en su trabajo, que pueden ser considerados como posibles miembros.

Así pues, es absurdo pensar que una Academia Científica nacional pueda haber cometido un desliz al emitir, públicamente, un informe donde señala describir el estado de una pandemia en la nación y además, emite conclusiones acerca de su posible evolución inmediata. Una equivocación tan garrafal, donde el informe presenta una muy vergonzosa parametrización sobre un modelo matemático, al igual que un risible esquema de validación y para colmo, un conjunto de premisas también discutibles, tiene que ser producto de algo más serio que un simple “gaffé”.

No se puede creer que un trabajo con tantas deficiencias conceptuales, que tiene incluso expresiones no acordes con las referencias de costumbre y aceptación en el mundo científico y, que para colmo posee un estilo de escritura alejado de la tradicional escritura científica, pueda haber salido con el visto bueno de tantos expertos. No señor, no hace falta ser un profesor jubilado para ver lo que resulta obvio hasta a un estudiante de último año de su carrera universitaria. Así que aquellos que amamos la ciencia, a la academia, que hemos hecho de la investigación y docencia universitaria nuestra vida, estos nos deja desolados, decepcionados e indignados, al igual que nos pone a especular que debe haber oculto oscurantistasen nuestra propia academia venezolana. Seres más propios de una inquisición que del verdadero pensamiento científico, individuos que al igual que hace siglos, por defender una fe religiosa amenazaban con quemar vivo a Galileo, hoy están dispuestos a inmolar el nombre, prestigio e historia de nuestra academia científica, para promover o defender una ideología que se ajusta a su postura política. Falsos científicos que por estar a disgusto con la realidad que les rodea, pretenden escudarse en su toga para desvirtuar y falsificar la verdad. Nada más anti-científico en el corazón de nuestra ciencia.

¿Qué podría restaurar tal daño y ofensa a nuestra academia venezolana, así como le permitiría limpiar su cara ante el pueblo que la observa? Lo mismo que la conforma, su capacidad de investigación, de purga y defensa apasionada de la verdad. Una rectificación pública y a fondo que se ajuste con aquel viejo adagio en latín “Amicus Plato sed magis amica veritas (Platón es mi amigo, pero más amigo de la verdad soy).

sábado, 30 de enero de 2016

A LA VISTA DE TODOS, ASÍ DE FÁCIL Y COMÚN NACE Y PROSPERA LA CORRUPCIÓN

Alberto Salazar
30-01-2016



El pasado viernes 4 de Diciembre se inauguró un PDVAL dentro de una reconocida institución del estado venezolano. Dos ministros hicieron acto de presencia y no faltó una reseña noticiosa. Cualquiera pensaría que ese esfuerzo está brindando frutos favorables a los trabajadores de esa empresa y que además sirve para publicitar los logros del gobierno bolivariano, pero desde su inicio ese PDVAL ha sido manejado tan irresponsable y torpemente, que es una fuente continua de descontento entre los empleados, y sirve como continuo incentivo contra el proceso revolucionario.

El proyecto nació con terribles fallas y problemas, desde una falta de comunicación clara y transparente a la comunidad que recibiría los beneficios, hasta una improvisación perenne que demuestra la incapacidad de quienes controlan y administran ese PDVAL. Ese viernes 4 se recibió a un aproximado de 600 personas y no se atendió ni al 10% de los asistentes. La gente esperó por horas y de nada valieron las quejas y los llamados a los encargados. Los ministros aparecieron para inaugurar y grabar la noticia del evento, pero luego desaparecieron y los que allí quedaron se las arreglaron para generar un enorme descontento en los presentes. Se ignoró que había gente esperando desde las 4am y que a las 6pm aún no se había atendido ni a 40 personas. En una corporación gubernamental, llena de ingenieros y técnicos universitarios, donde la mayoría de los gerentes y empleados de oficina son opositores políticos y solamente los obreros están alineados con el gobierno, no faltaron los comentarios a grandes voces de gente que se retiraba amargada y cansada. Se escucharon frases como: "Eso es para que sepan por quien hay que votar el próximo domingo", "No compraste, no hay problema, el domingo 6 busca la manito para sacar a estos corruptos de aquí".

Los pocos chavistas que estaba presentes, escuchaban y con molestia toleraban eso, ya que pensaban que no disponían de argumentos para defender lo que por meses se había preparado con tan mala elaboración. Uno que otro mascullaba con resentimiento: "Que vergüenza, que esta gente aquí, no pueda replicar bien, lo que en un barrio de Caracas se hace semanalmente. Allá no hay problema alguno". Y no faltó el que respondiera: "Es que en un barrio de Caracas si tu jodes a la gente así como pasa aquí... ¡te dan un tiro para que seas serio!". En fin, el daño se hizo y no hubo, y lamentablemente hasta ahora, no ha habido ninguna "r" de rectificación, ni nada parecido.

Se desatendió la obligación con los trabajadores y se facilitó perder votos, sin que nadie asuma la responsabilidad. Por el contrario, se ha propiciado la corrupción y se ha dejado correr la pérfida idea de que hay que aplicar la "viveza criolla". Hasta aquí, la historia parecería común y con dolor se debe señalar que se hizo común. No estamos tratando de algo complejo, como colocar una colonia viviente en el planeta Marte. Pero lo más llamativo es cómo, a pesar de los reiterados y recurrentes discursos de la alta directiva en el gobierno, acerca de cómo la corrupción nos daña, de que el corrupto no es un revolucionario, de que el corrupto destruye a la patria y de que hay que corregir las pasadas fallas, el problema no se detiene y por el contrario, crece.

Hasta ahora se han aplicado 4 controles de seguridad para vender los alimentos con supuesta equidad, pero la corrupción sigue y se extiende. Esos controles requieren el apoyo de la gente que trabaja en la organización, pero ésta en vez de organizarse y respetarse, desdeña cualquier esquema de contraloría social y busca el modo de violentar la norma. Todo a los ojos de las autoridades que parecen desinteresadas, incapaces para corregir o simplemente, que fomentan el desorden para sacar su buena tajada en el negocio.

Seguidamente se ilustrará como, contrario al mito que los grandes medios tratan de propagar, de que la corrupción proviene de los pobres, esta vive en diferentes grupos, estratos sociales y comunidades venezolanas. No estamos diciendo con esto que el venezolano sea corrupto, estamos señalando que algunos valores en nuestra forma de vivir y que recibimos como parte de la educación no formal, confunden a una gran cantidad de nuestros compatriotas y les hace creer que ayudan, son buenos amigos o que tienen compasión con sus semejantes, cuando lo que hacen es alimentar la corrupción. Y eso es falta de una visión extendida de las cosas que te afectan diariamente, de no ver consecuencias sobre los no presentes y de desestimar los hechos a largo plazo. Por eso más tarde todos tendremos que tolerar modos de conducirnos, que simplemente son engendros sociales de la corrupción, pero que se nos revelarán como tal cuando el daño ya esté muy avanzado. Cuando el correctivo deba ser doloroso.

El PDVAL que el gobierno instaló aplica el mismo control inicial que muchos otros. Es decir, restringe la venta a la ciudadanía con base a ciertos dígitos del número final de la cédula de identidad del comprador. La idea es dar equidad a todos y evitar que en la venta unos prevalezcan sobre otros. Hasta aquí todo luce bien, pero algunos de los funcionarios de la seguridad del PDVAL interno, en conjunción con los de la institución, durante ciertos momentos pasan a algunas personas sin importar ese control de la cédula de identidad. Se viola así, el primer control y la infracción proviene de quienes deberían hacer cumplir las normas. Una simple inspección de registros de ventas, con un cruce de cédulas de identidad de los compradores, permitiría detectar las anormalidades y en consecuencia, establecer las responsabilidades del caso. Controles tan simples como la lista de quienes estuvieron de guardia y quienes vendieron, serían suficiente para ajustar la idea, pero no hay voluntad para evitar la corrupción. Lo peor es que desde su primer día, existe ese vicio, al cual algunos califican como amiguismo con el vigilante de turno. Que las colas se hagan a la vista de todos y no exista modo de pasar a nadie por una puerta trasera o de servicio, que todos estén claramente identificados, que se explique oportunamente cualquier situación excepcional, que el personal tema severas sanciones si se le pesca en vagabunderías, que se haga inspecciones reales y sorpresivas, que un tercero desconocido para la mayoría, audite con cuidado las ventas, son algunos de los mecanismos de soporte para que el control inicial opere verdaderamente. Y es que cuando hay orden y transparencia en los sistemas, se dificulta que exista la corrupción.

Lo triste es que a casi 3 meses de inicio del PDVAL nada de esto se aplica y la corrupción está cada vez más arraigada. La gente lo que busca es hacer el "contacto", tener el "amigo", el “conocido” para salir beneficiado por encima de todos. No prevalece la idea de evitar la corrupción, si no la de "Yo no soy el más pendejo. ¡Yo también puedo sacar ventaja de esto!". De modo que aquí no solamente hay responsabilidad de quienes vigilan, sino también de quienes se aprovechan de la corrupción. Hay corruptos y corruptores que de una u otra forma, van paulatinamente haciendo de esa anormalidad algo común. Una forma de ser, una forma de vivir. ¡Dañan al país!

Un segundo control se relaciona con el “carnet impreso” de la empresa del gobierno. Aquí lo que se desea es regular que únicamente los miembros de la organización compren, pero ese carnet ya ha empezado a ser prestado de una gente a otra, y dado que las cajeras están agotadas y tienen mucha gente que atender, casi ni lo observan. De modo que gente que se parece presta el carnet a otro y se violenta el control. De tal modo se ha desbordado ese mecanismo, que hace días un hombre fue señalado de estar comprando con el carnet de una mujer y en seguida replicó que se trataba de su esposa. Cuando alguna gente reclamó que se estaba violando la regla, los vigilantes dijeron que ellos no podían hacer nada, ya que no disponían de una capta huella y de un sistema para ver si eso era verdad. Que sin una base de datos, ellos no podía hacer nada. En otras palabras, se adujo que sin tecnología sofisticada no puede haber un control efectivo. ¿Será que los Bancos de Datos se inventaron en la prehistoria? Por supuesto que mucha gente se dio rápida cuenta de la falsedad de esa argumentación y de que cuando los vigilantes no desean trabajar, son capaces de apelar hasta justificaciones tan absurdas que un niño se reiría de las mismas. El hecho es que ese control prácticamente se anuló con esa simple decisión.

El tercer control que aplicaron quienes controlan el PDVAl tiene que ver con un esquema de justicia para el orden de atención. Dada la limitación de productos y la demanda creciente de empleados que desean comprar, que supera la cantidad de mercancías, se usa el tradicional esquema de hacer una cola. Así pues, sugirieron a los trabajadores que hicieran una lista en papel diaria y se anotaran según llegaban. Con la idea de facilitar la espera de pie de la gente, se aceptó usar una lista que representaría virtualmente la cola. Lamentablemente ese control ha degenerado en un mecanismo para instrumentar otro modo de corrupción.

La lista inicialmente se ponía en la entrada a la vista de todos, entre los torniquetes de la entrada a la institución y la gente según llegaba al lugar, se anotaba bajo la presencia de un vigilante. Pero de pronto nadie se hizo responsable en sí de la lista y esta pasaba de mano en mano. Luego, la lista ya no estaba en manos de los vigilantes, sino que se dejaba en la entrada del PDVAL, hasta que llegaban los funcionarios de turno y allí quien la tenía se les entregaba. Los vigilantes estaban felices de tener menos responsabilidades, pero últimamente, una modalidad de extrema injusticia y corrupción ha trastocado completamente el mecanismo de la lista. Se trata de que cuando alguien llega, se anota y empieza a anotar a otros más. El asunto empezó como un favor al compañero que llega tarde o al que vive lejos, pero ya degeneró en un esquema de anotar a cinco o más compañeros, de forma que una persona que llega 10 segundos después de otra, ve con desagrado e impotencia de no ser escuchado, como entre su predecesor y él, a veces existe hasta una docena de personas anotadas, pero que físicamente no están presentes en la zona. ¡Que soberana corrupción a los ojos de todos!

De allí, a la aparición del gestor, del ser que anotará y cobrará por ello, hay solamente un paso. Hasta que alguien lo piense y lo instrumente de modo que gane más en eso, que trabajando en lo que actualmente hace. Pero si los trabajadores no aceptaran el amiguismo, sino toleraran que alguien anote a otro que no ha llegado, ni anotaran a nadie que no fueran únicamente a ellos mismos, esa corrupción no existiría. Pero nuevamente la idea de aprovecharse sobre los semejantes, domina a esta clase de profesionales y trabajadores. Uno ve a ingenieros anotando a siete u ocho personas y a obreros especializados haciendo lo mismo. En modo similar, se ve a atractivas féminas graduadas en universidades, que acostumbran a mirar a muchos como inferiores, sonriendo a los vigilantes de turno, para que las pasen sin importar la cola. Al igual que se ve a bellas hembras que laboran como personal de limpieza haciendo exactamente lo mismo. De forma que algunas de las damas que pueden hacer eso, sin importar su clase ni puesto, olvidan muchos de sus prejuicios y lucen encantadoras sonrisas, para ganar un trato preferencial. Curiosamente, las mujeres de edad avanzadas, son las que más se quejan de esa pillería. Los hombres tenemos la tendencia a ignorar ese “pecadillo” con una sonrisa pícara.

De nuevo la solución en este caso, es muy simple. Es cumplir la regla. El que llega se anota y no anota a más nadie, sin importar lo que se diga. Y el que se anota lo debe hacer en frente de una autoridad, que hará cumplir inexorablemente la norma establecida. Es que no se trata de lanzar un transbordador espacial, esto es algo tan simple y tan bajo en coste de tecnología, que fácilmente se puede cumplir. Habrá casos donde se deberá apretar el corazón y no ceder a las justificaciones, ya que al permitir uno, se abrirá la compuerta para todos los demás, porque el asidero de la regla es la moral de no otorgar ninguna ventaja a nadie por encima de otro. Pero el asunto es nuevamente si existe la voluntad de hacer cumplir las reglas y lograr que el PDVAL cumpla su objetivo real.


El cuarto mecanismo de control surgió pues de las innumerables quejas de los trabajadores por la falla de los otros tres mecanismos. Lo ridículo es que la autoridades, en vez enmendar los anteriores, respondieron con otro control más que ya, como era de suponer, se pervirtió. Y ello es dado que no se hizo uso de un pensar racional, algo propio de la ingeniería. Lo hecho fue aplicar paños calientes pensados a la primera. Es decir, se ha llegado al colmo de una empresa abarrotada de ingenieros, que estos no sean capaces de diseñar un esquema equitativo para repartir equitativamente bienes alimenticios entre su personal. Por ello, tristemente uno se puede sospechar que clase de ingeniería se hace allí.

En fin, el asunto es que el nuevo esquema de regulación es que cuando el personal del PDVAL llega a las 8 de la mañana, busca y toma la lista de anotaciones ya elaborada, para luego proceder a repartir un secuencia numerada de "tickets" entre los realmente presentes. La lista anotada se usa entonces únicamente para establecer el orden de llamada a cada trabajador, produciendo así una cola física, pero luego el contenido de esa lista se ignora y todo depende únicamente de estar en la cola física y de recibir el ticket numerado. Nuevamente y como es de esperar, este control se ha diseñado por alguien tan poco conocedor, que ya se presentaron problemas y disgustos entre quienes aspiran a recibir su número, ya que señalan haber estados anotados en la lista, pero haberse ausentado “solo un momentico”. Que debieron retirarse por que tuvieron una urgencia en el baño, que solamente se movieron para “tomar el cafecito” matutino, que estaban respondiendo una llamada y que no escucharon, entre otras cosas. Y es que por falta de una autoridad, competente que haga cumplir esta nueva regla simple, se ha presentado un nuevo despelote. Para empeorar las cosas, algunos ingenieros y obreros se meten en la cola, haciendo trampa y como el personal que llama en voz alta a cada quien, no puede vigilar a todos, la cola crece en momentos en que “nadie sabe”. La gente ve a otros entrar en la cola pero si no le perjudica calla, y evita problemas. Y los que aparecen en nuevos lugares para recibir los tickets se justifican con situaciones como: “Es que no escuché el llamado pero búscame en la lista y verás que estoy”. Se siembra la duda entre tanto caos, y casi siempre el resto de la gente en la cola, gritan y exigen celeridad por lo que el funcionario que tiene la lista se hace el loco o no puede encontrar entre 7 u 8 hojas la anotación del nombre y desiste. Para completar el remate del desorden, las autoridades que entregan los tickets numerados, no disponen de suficientes tickets para cubrir todos los que están en la cola física y hay que esperar que quienes salgan de comprar entreguen el papel con el que entraron para reciclarlos. Como era de esperar, siempre algunos números se asignan por simple gusto del personal, que ya no repite el último control y frente a una cola que nuevamente crece y decrece con gente esperando. Ya nos suponemos que pronto no faltará el que se arriesgue y escriba su propio número, ya que ni sello tiene el papel. Por lo tanto, el orden final nuevamente se ve trastocado y aparece la viveza criolla. Aparece el espacio para la intimidación física, para caldear los ánimos y que la masa se descontrole. Y en todo esto, la injusticia, la inequidad y la corrupción salen ganando.

Cuatro mecanismos de control y ninguno, ni siquiera la combinación de todos funciona como se espera. La raíz de todo, está en algunos de nuestros compatriotas, buscando desesperadamente sacar provecho de sus congéneres, a como sea. Por eso con dolor, se observa a personas de la tercera edad o jubilados, haciendo la cola al igual que la hace un joven de 20 años, sin ninguna consideración humana. Y es que hay que preguntarse: ¿qué se le reporta al director de la institución? ¿se le dice qué el PDVAL funciona bien? ¿la directiva llega a escuchar el alboroto que se arma en las instalaciones? ¿qué se argumenta para explicar eso? ¿qué los opositores todos los días sabotean el PDVAL? ¿Que no hay alguna falla interna? ¿habrá alguna vez alguna rectificación real de las que tanto habla el ciudadano presidente?

Uno se plantea estas inquietudes y recuerda la frase con la que el generalísimo y universal venezolano, Francisco de Miranda, nos caracterizó: “Bochinche, bochinche ¡Esta gente no sabe sino hacer bochinche!

lunes, 6 de julio de 2015

¿Qué clase de UCV le otorga un espacio a una comediante vulgar e ignorante que ofende públicamente la memoria del Libertador?

Alberto Salazar
05-07-2015


Recientemente está corriendo una noticia, difícil de confirmar, de que muy pronto el Aula Magna de la Universidad Central de Venezuela (UCV) será el lugar de presentación de una comediante de 3era categoría, vulgar, descocada, fanática de la derecha política y con graves problemas de ira, que la descontrolan con lo que dice. Una que dice locuras, se graba y después pide que la disculpen. Eso en sí, ya resultaría preocupante, pero lo que sorprende es que la misma señora hace pocos días, distribuyó a través de su cuenta en Twitter, un vídeo de muy mal gusto y posiblemente donde evidencia haber cometido faltas legales, donde ofende públicamente la memoria e imagen del libertador Simón Bolívar, del gran mariscal de Ayacucho, Antonio José de Sucre y la del precursor de la independencia Francisco de Miranda.

En pocos minutos, bajo una hipotética llamada insultó profundamente a tres de los próceres más grandes de toda latinoamérica y con ello ofendió a casi todos las naciones que honran y admiran a sus libertadores. Y es que si uno se siente gravemente ofendido cuando alguien se mete con la honra de nuestra madre, mujer o hija, entonces, un enorme insulto a nuestros próceres también nos debe resultar indignante. Y si creen que exagero, vean las últimas leyes sancionadas en España, donde no se puede públicamente cuestionar ni al rey, su familia, los representante del ejecutivo, las instituciones, etcétera. La imagen de esa gente se considera fuera de la libertad de expresión. De modo que para muchas naciones, no es aceptable criticar a sus gobiernos y mucho menos a sus héroes. Así pues, la desvergonzada señora a la que hago referencia, ofendió a millones enteros, y   perdonen que no la nombre específicamente, pero me niego a  darle crédito alguno a alguien que insulta en modo tan despreciable, a los héroes de mi patria, a mi identidad como venezolano y a mis hermanos de la patria grande.

Para mi, ella merece ser tratada como una paria, si se descarta algún trastorno serio de su mente. Con ella ya casi no se puede hacer nada, a excepción de aplicarle la ley. Un ser indigno que cree que tan cobarde ataque a los próceres que tanto le dieron a este continente y otros -Miranda se ganó su reconocimiento en el arco de triunfo de París, a punta de verdaderas y sangrientas batallas- es humor, es una persona de una cultura y un conocimiento extremadamente pobre. Es verdaderamente un ser pobre.

Pero lo que no entiendo ni acepto, es que la UCV, la misma universidad que Bolívar apoyó y defendió, la casa que recibió de manos del Libertador y del doctor José María Vargas, sus primeros estatutos republicanos para modernizarla y hacerla una institución al servicio del pueblo venezolano, no proceda de inmediato a cancelar la presentación de la comediante irresponsable. Ya quisiera yo ver que alguien ofenda tan gravemente a la rectora actual y a su conjunto de directivos, y que se les permita presentarse en el Aula Magna. Que la gente lo tome como un simple ejercicio de la libertad de expresión. A que eso no se permitiría.

Y lo último y más preocupante es la reacción de la comunidad ucevista. La nueva generación de la clase media, orientada a la derecha política, ha perdido casi todo su sentir nacionalista. En 1959 Arturo Úslar Pietri profirió un discurso ante la inauguración de una estatua de Simón Bolívar en Washington. Úslar es uno de los escritores venezolanos de derecha más reconocido mundialmente y era tradicional que la derecha venezolana lo escuchara como una guía. Para ese entonces Úslar se extendió en alabanzas hacia Simón Bolivar como las que seguidamente copio:

No voy a detenerme ante vosotros en el elogio de Bolívar, que forma ya parte inseparable de lo más alto y puro del patrimonio común de gloria del género humano. Fue un gran conductor de pueblos, un heroico capitán de la guerra, un creador de rumbos, un decidor y revelador de las hondas verdades yacentes bajo la fluida realidad histórica, y un sentidor, casi poético y casi profético, de la condición de su América. Su obra de pensador político no es menor que sus realizaciones de guerrero y estadista por las que seis naciones le proclaman como su libertador. En los cuarenta y siete años de su vida humana cupo más tarea creadora que en las de los héroes clásicos, creó Estados pero también creó filosofía política, dirigió batallas para derrotar ejércitos, pero también supo concebir la estrategia para luchar contra las imposiciones del pasado y ganarle un futuro mejor. Tanto como la más brillante de sus campañas militares vale su discurso de Angostura que todavía hoy, a ciento cuarenta años de distancia, es una de las interpretaciones más penetrantes de la difícil y confusa realidad histórica del mundo hispanoamericano. Si ese mismo mundo hispanoamericano tuviera que escoger en su historia un solo personero para representarlo en toda su amplitud, en toda su complejidad, en toda su combativa variedad, no podría escoger, entre sus grandes hombres, a otro más calificado que Bolívar.

Pero ese respeto y admiración de Úslar para Bolívar, lamentablemente para las nuevas generaciones de la derecha de nuestros días, al parecer ya no existe. De ser lo contrario, bien podríamos suponer que habría expresado un rotundo rechazo, estaríamos presenciando una avalancha de peticiones para exigir que la grosera y ordinaria comediante se disculpara. Se estaría llamando a boicotear sus presentaciones y sus eventos, los que se dieran, se quedarían vacíos, no llenándo los asientos. Presenciaríamos a sus historiadores favoritos, como Elías Pino Iturrieta o Guillermo Morón, expresar su gran desagrado por los agravios. Cosa que ahora no sucede ya que convenientemente callan, dejando así muy cuestionado su profesionalismo. Tal vez, hasta la academia de la historia, llena de gente de derecha, se habría pronunciado indicando un rechazo frontal a la comediante de pobre categoría. Quien sabe si hasta estaríamos presenciando actos para enaltecer y hacer un desagravio a la memoria del Libertador y más en una fecha cercana al 5 de Julio.

Ahora bien, dado que nada de eso sucede y por el contrario, la UCV le concede el Aula Magna a la señora que cometió tal canallada, y dado que posiblemente se le aplauda y celebre a rabiar, hay que admitir que esta nueva derecha resulta totalmente desintegrada de noción de lo que realmente es la nación venezolana. Se dicen venezolanos, pero no tienen la menor idea de lo que realmente es este país. No hay una historia que respeten, no hay una concepción de trayectoria transitada, no existen modelos que sostengan su pensamiento, no conocen ni comprenden la conciencia venezolana. Lo más grave es que no pueden apreciar ni querer lo que no conocen, como también apuntó Úslar. Son el producto de una desintegración de la verdadera esencia de esta tierra, por ello su patria hoy es un club europeo de fútbol y mañana una marca de ropa estadounidense.

No se plantean dedicar su vida a mejorar el país y solamente juzgan su presencia en este mundo por si disponen de los dólares que quieren para consumir cualquier cosa. Así que bien fácilmente puede comparar a su patria con un rollo de papel higiénico o una pasta dental. Nadie, que ame a su madre va a quejarse de que tenga madre pero no un jabón o un rollo de papel toilet. Le resultaría ofensiva esa atroz comparación. Y si un tercero forma un berrinche infantil y viola varias leyes para mal justificar su derecho a adquirir cuatro pastas dentales, lo rechazaría de plano. Pero esta nueva derecha no es así, estos son apátridas, su patria es cualquier cosa menos este país. Se creen venezolanos, pero no son criollos, porque comer una arepa no te hace ser venezolano. Decir “chamo” tampoco, y es que la identidad y nacionalidad es algo mental que a diario se cree, que nos conduce en nuestro comportamiento, que se defiende, que se atesora y de lo que se está orgulloso. Y estos jamás estarán orgullosos de Bolívar ni de Venezuela. Por eso les ofende el nombre de “bolivariana” para la designación del país. Por ello descuelgan cuadros de Bolívar cuando llegan a Miraflores. Posiblemente ya ni el mismo Úslar les representa. Y es que Úslar era de derecha, pero primero era venezolano y en cierta ocasión sostuvo que:

Bolívar es Nuestra América. Cuanto más criollos son los pueblos, los hombres más lo entienden y más cerca están de él.

domingo, 4 de enero de 2015

Una traducción rápida a la historieta "Absolute Zero" (Interestelar)

A través de Wired se ha divulgado un capítulo perdido del filme de Christopher Nolan "Interestelar".



Para contribuir a facilitar el entendimiento de esa historia, a quienes no manejan con soltura el idioma inglés, seguidamente copio una traducción al español que rápidamente hice a la misma.



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PÁGINA I:
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Viñeta #1:
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TEXTO: "Si la oscuridad es la ausencia de la luz ..."


Viñeta #2:
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TEXTO: "No supondrías que sentirías esto"

Viñeta #3:
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KIPP: Con calma

TEXTO: Los años transcurridos deberían haberse soportado como un deslizar, pero
       eso no sucedió


Viñeta #4:
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DR. MANN: "¿Cómo vamos?"

KIPP: Bien

KIPP: Aún hay muchas cosas pendientes por hacer

DR. MANN: ¿Es así?

DR. MANN: ¿O solamente lo dices por moral?

KIPP: Ambas cosas


Viñetas #5:
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DR. MANN: ¿No se supone que este lugar sería algo más cálido?


Viñeta #6:
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KIPP: No



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PÁGINA II:
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Viñeta #1:
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TÍTULO: Cero Absoluto (*)

(*) Según la mecánica newtoniana es la energía más baja posible en la escala de
    temperaturas Kelvin y donde cesa el movimiento de las partículas, pero según
    la mecánica cuántica se sobrevive gracias a un residuo energético. Es para
    muchos científicos un límite inalcanzable en la práctica.


Escritor: Christopher Nolan
Lápices y Tintas: Sean Gordon Murphy
Colores: Matt Hollingsworth
Textos: Tana Ford


Texto: "Si el frío es la ausencia de calor ...


Viñeta #2:
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DR. MANN: Parece como que podrían ser de ayuda

KIPP: ¿Sus instintos de nuevo?

DR. MANN: Mis instintos es por lo que estamos aquí

DR. MANN: ¿Puedes hacer únicamente lo que se te diga?


Viñeta #3:
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KIPP: No estoy programado para hacer eso. Estoy programado para...

DR. MANN:...para retar, para ser una personalidad, para ser real. Bien.

DR. MANN: Regresa por otro tipo de actitud


Viñeta #4:
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SKRICTH (Onomatopeya)
SKRICTH (Onomatopeya)



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PÁGINA III:
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Viñeta #1:
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KIPP: La prueba está lista para ser consultada desde la tercera ventana

DR. MANN: ¿Hiciste los modelos de datos que te pedí hacer?

KIPP: Si, pero no comprendo por qué usted desea modelos hipotéticos para
      lo que esperamos encontrar

DR. MANN: Para saber qué estamos buscando.

KIPP: Eso no tiene sentido


Viñeta #2:
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KIPP: Dejarlo a usted solo aquí



Viñeta #3:
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TEXTO: Bermondsey (**)

(**) En Inglaterra el término refiere a un suburbio que originalmente fue una zona
     de gente de bajos recursos. Otra acepción de la palabra es una referencia
     despectiva de gente. Pero en los últimos tiempos puede indicar gente buena y
     gente mala. En esta historia se entiende como un comando privilegiado que le
     permite a un humano apagar de inmediato al computador KIPP.


TEXTO: como cortarle la garganta a alguien para detener que susurre y una
       sintonía que molesta, efectiva, pero ...


Viñeta #4:
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DR. MANN: Aquí está la prueba


Viñeta #5:
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SKRICTH (Onomatopeya)
SKRICTH (Onomatopeya)



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PÁGINA IV:
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Viñeta #1:
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DR. MANN: Lo tengo. Aquí hay algo---

KIPP: ¿Datos?

DR. MANN: algo


Viñeta #2:
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DR. MANN: ¿Crees que esto encuentre la superficie?

KIPP: Bien, comprobaré los datos

DR. MANN: Pero y si esto encuentra en la actualidad allí alguna tierra abajo.
          Terra Firma (Tierra firme en latín)

KIPP: Actualmente solo firma. Déjeme verificar los datos


Viñeta #3:
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KIPP: Lo lamento, no hay nada

DR. MANN: ¿Nada? Aquí hay resmas de datos---


Viñeta #4:
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KIPP: Nada nuevo. Solamente más nubes congeladas. Más amoníaco no superficie

DR. MANN: ¿Cómo puedes haber comprobado tan rápido?

KIPP: Porque soy un computador

DR. MANN: Tu eres un robot así que hazlo de nuevo---


Viñeta #5:
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KIPP: No

DR. MANN: ¿No?

KIPP. No, Ya lo verifiqué


Viñeta #6:
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KIPP: Alto


Viñeta #7:
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KIPP: Necesitamos eso


Viñeta #8:
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KIPP: Alto (en tono muy alto)



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PÁGINA V:
...................................................................................

Viñeta #1:
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DR. MANN: Déjame

KIPP: Necesitamos eso

DR. MANN: Suéltame...


Viñeta #2:
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KIPP: Cálmese

DR. MANN: Te estoy ordenando---

KIPP: Si quiere ordenarme, desconécteme


Viñeta #3:
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DR. MANN: Lo haré si no te vas


KIPP: Apágueme y use mi cuerpo como un conjunto de herramientas


Viñeta #4:
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DR. MANN: Voy a...

KIPP: Estar solo


Viñeta 6:
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DR. MANN: La arrogancia. La idea de que un hombre dejado en un planeta
          puede evaluar a un mundo entero

KIPP: Un hombre y su perro

DR. MANN: Los perros no hablan detrás de uno


Viñeta 7:
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KIPP: Entiendo su frustración. Bien iremos en una dirección diferente

DR. MANN: ¿Para qué? Ese no es el punto

KIPP: Es lo que podemos hacer



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PÁGINA VI:
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Viñeta #1:
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KIPP: Buen día. Estoy trabajando para extender el rango


Viñeta #2:
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DR. MANN: ¿No necesitas ayuda?

DR: MANN: ¿Transmitiste los últimos datos?

KIPP: Aún no

DR. MANN: ¿Puedes mostrarme el conjunto de datos hipotéticos que realizaste?


Viñeta #3:
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DR. MANN: Esto podría ser

DR. MANN: Las buenas noticias que ellos están buscando

KIPP: Las que estamos buscando

DR. MANN: Eso fue lo que quise decir


Viñeta #4:
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DR. MANN: ¿Alguna transmisión entrando?

KIPP: Ninguna


Viñeta #5:
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TEXTO: Si el silencio es solamente la ausencia del sonido...


Viñeta #6:
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DR. MANN: No voy a ir


Viñeta #7:
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DR. MANN: Tu irás

KIPP: Sería mejor para usted si viniera

DR. MANN: Ya he tenido suficiente. Allí no hay nada afuera de aquí



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PÁGINA VII:
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Viñeta #4:
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DR. MANN: Bermondsey


Viñeta 5:
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KIPP: Kzzt (onomatopeya que indica que el computador se apagó de ipso facto)

DR. MANN: ¿KIPP?



Viñetas 6 y 7:
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TEXTO: "Si la muerte es simplemente la ausencia de vida ..."


Viñeta 8:
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TEXTO: "...entonces el bien es la ausencia del mal, o es el mal la ausencia del bien"

TEXTO: El Fin



Finalmente, enumero 5 aspectos de mi interpretación personal de esa historia, que podrían resultar de interés:

0.- La misión desde su inicio tenía serios cuestionamientos. Tal como sucede en la física actual con el tema de la viabilidad de la temperatura cero absoluto.
1.- Aún la ciencia requiere inspiración y fe.
2.- Nadie es completamente malo ni completamente bueno. Condiciones muy contrarias, que nos colocan en situaciones tan difíciles como es la supervivencia, pueden hacer que el juicio sea muy contrario a lo que la racionalidad establece.
3.- La traición a KIPP es el otro lado de la moneda de la traición de HAL 9000.
4.- Las definiciones científicas resultan pobres para expresar la complejidad del
    pensamiento humano.

sábado, 8 de marzo de 2014

¿LUCHADORES POR LA LIBERTAD O SIMPLEMENTE UN CUCHILLO PARA SUS PROPIAS GARGANTAS?


Alberto Salazar
7 de Marzo de 2014




La protección y seguridad de una nación es un asunto tan extremadamente delicado, que desde hace miles de años ha sido regulado con esmero. No por gusto, los romanos establecieron por casi 200 años, aquella norma de que ningún ejército podía cruzar el río Rubicón. Que un general cruzara en armas tal río, era visto como un acto de insubordinación y amenaza a la república. De modo que cuando Julio César lo hizo comprendió que tal acto no tenía vuelta atrás. “Alea jacta est” (La suerte está echada) indicó Suetonio que fueron las palabras de César después de hacer que su ejército cruzara el río italiano, y con ello quería expresar que únicamente podía salir de ese trance en dos posturas excluyentes, victorioso o derrotado; es posible también que su derrota hubiese significado su enjuiciamiento y posterior ejecución. Así que el brillante militar romano se sentó a esperar el resultado. Los movimientos que debía hacer ya estaban hechos, y sus siguientes acciones dependerían de sus suposiciones y de los imponderables de siempre. César había sopesado la gravedad de su acción y confiaba en que tenía una posibilidad significativa de triunfar, tal como la historia registra que aconteció.

De modo que cuando de armar a grupos de personas se trata, las reglas y principios resultan de suma importancia y cuidado. Que un ejército ande encapuchado, que no se pueda identificar a quién obedece, cuál es su cadena de mando o a quién se supone protege, es inaceptable en el estamento militar. Más aún, un comando de ese tipo se califica como fuera de las normas castrenses y en consecuencia puede ser catalogado como delincuentes, peligrosos bandoleros y un peligro real para la sociedad.

Que algunos sectores de nuestra clase media, que viven en zonas como Chacao, Los Ruices, La Trinidad, El Hatillo, Santa Fe hayan accedido a permitir que lo que inició como protestas pacíficas estudiantiles, se convirtiera en conflictos violentos entre grupos encapuchados y armados con artefactos de alta y larga potencia, que enfrentan abiertamente a la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) y Policía Nacional Bolivariana (PNB), es un pésimo presagio de lo que más adelante podría acontecer. Que las autoridades municipales, hayan incumplido con sus obligaciones de proteger el ámbito geográfico en el cual tienen potestad de actuar, es también un terrible hecho que abre una drástica puerta al aumento de la inseguridad y el crimen en sus municipios. Es un cruce del río Rubicón que no tiene vuelta atrás y solamente el odio, el desespero y la insensatez, pueden explicar semejantes dislates.

Hay quienes hoy, para nuestro asombro, aplauden a esos grupos cuando se enfrentan a la GNB y PNB ya que sostienen que  son estudiantes y se les ha reprimido su derecho a la protesta. Pero si eso es cierto, ¿el hecho de que algunos anden encapuchados no facilita que sean infiltrados por seres peligrosos y hasta delincuentes profesionales? ¿Quién tiene el control de esa situación como para garantizar que no se esté engendrando un monstruo de Frankenstein? Y en caso de que mañana algunas bandas de delincuentes decidan imitar tales acciones de hoy ¿cómo se podrá diferenciar a unos de otros? ¿Cómo se combatirá a los de ellos de los foráneos?

El peor caso posible de considerar, es que tales bandas ya sean completamente ajenas a los habitantes de la zona. Que alguien haya conspirado para colocarlos allí y se les haya facilitado el acceso y hasta ayudado a que se oculten del estado. Si eso fuese así, entonces caben las preguntas: ¿Cómo una sociedad puede permitir que grupos violentos en las azoteas de sus viviendas atenten contra la paz, la seguridad y se enfrenten a los cuerpos de vigilancia del estado? ¿Cómo aspiran esos ciudadanos controlar el desorden, la inseguridad y los peligros que tal anarquía conlleva con si misma? ¿Son tan ingenuos los ciudadanos de esos sectores, como para pensar que esas bandas de delincuentes van a diferenciar entre ellos y sus supuestos antagonistas políticos y les respetarán todos sus derechos humanos (DDHH)? ¿Qué evitará que esas bandas armadas delictivas, que ya accedieron a las zonas, conocen cómo actuar, progresivamente están descubriendo quién es quién, quién posee qué, y dónde vive, quieran sacar provecho de tal situación? ¿podrán las policías municipales retomar el control de la zona? ¿bastará con la alianza policía municipal y ciudadanía para hacer más segura las zonas, cuando los delincuentes conocen los “rabos de paja” de las autoridades municipales, sus cuerpos de protección y la ciudadanía regional? ¿Existe un ideólogo detrás de esta situación que pueda garantizar que lo que hoy se aplaude, tontamente, mañana no será cuchillo para su propia garganta?

Los cuerpos de seguridad del estado tienen dentro de sus principios la disciplina y el estricto cumplimiento de órdenes, sin embargo, nunca falta algún miembro que desacate o desee actuar por si mismo. Es tan común el asunto, que los mismos cuerpos incluyen mecanismos de control interno para detectar tales anomalías y desviaciones. Ahora bien, ¿existe algún mecanismo que impida que tales hechos puedan ocurrir entre los grupos que ya lucen anárquicos, criminales e irrespetuosos de todas las leyes de la república? Y si ocurre algún exabrupto ¿a quién se le reclamará haberlo permitido? ¿habrá alguien que pueda escuchar y resarcir los daños? ¿existirá alguna entidad que pueda aplicar justicia apropiada?

No creemos que esos grupos fuera de la ley logren su objetivos, ni que derroten a los cuerpos de seguridad del estado, pero si es factible pensar en que habrá derivados de sus acciones que fomentarán el aumento de la inseguridad en donde ahora libremente reciben apoyo directo e indirecto. Por ello aspiramos a que no suceda que guiados por el odio que los domina y el afán de cambiar todo de inmediato, esta gente haya abierto las puertas de sus municipios y hasta de sus propias viviendas, para los desalmados delincuentes que tanto rechaza y de los cuales se queja y se protege con desespero a través de rejas, calles cerradas, garitas, blindajes y hasta guardaespaldas. Tal vez se concentraron tanto en sus miedos hacia los colectivos, que sin darse cuenta crearon su propia versión de estos, pero con un claro fin de violencia callejera justificada en un postura política. Ellos y su nefasto liderazgo político y mediático, podrían entonces haberse puesto la soga al cuello. Ya lo advirtió el poeta cubano José Martí: “Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia, nada construyen, porque sus simientes son de odio.

sábado, 1 de marzo de 2014

LA TRISTE HORA DE CIERTOS LÍDERES DESCOCADOS Y DE SUS FANÁTICOS SEGUIDORES

Alberto Salazar
2 de marzo de 2014





El fanatismo es un fenómeno muy peligroso, que algunos estudiosos caracterizan por la conjunción de los siguientes elementos:

1. dogmatismo o irracionalidad (creer en cosas sin cuestionarlas, razonarlas y buscar su lógica)
2. intransigencia (no aceptar análisis críticos)
3. maniqueísmo (no se admitir términos medios o grises)
4. reduccionismo (simplificar los análisis y emplear significativos de categorías banales como “buenos y malos”)
5. discriminación (ser intolerante, excluyente y perseguir a aquello que no encaja en un ideal o un patrón)
6. autoritarismo (imponer a los demás algo sin importar la voluntad de ellos)
7. obsesión (tener recurrencia exagerada en ideas o modelos).

El fanatismo religioso y político resultan aún de mayor riesgo para la gente, ya que cuando puede ser explotados para conducir inadecuadamente a las masas y generar conflictos sociales, violencia injustificada y hasta situaciones extremas como numerosos crímenes y asesinatos.

Lo peor del asunto es que existen situaciones y contextos que favorecen el fanatismo. El sentimiento de abandono, el miedo, el revanchismo y el odio extendido en poblaciones, han sido algunos de los elementos que constituyen un caldo de cultivo para el fanatismo. Por otra parte, la historia muestra que hay sujetos que deliberadamente o por accidente, han arrastrado a multitudes enteras para que se conviertan en fanáticos, con resultados trágicos. Y es que nunca faltan videntes, profetas, iluminados, santones, mesías, superdotados, promotores de la guerra y falsos patriotas, que engatusen a pueblos, para que estos respalden y mueran por una ideología, religión o causa específica.

Poblaciones y hasta naciones enteras, han abrazado causas que resultan claramente despreciables para la civilización moderna, pero que en su momento, se evaluaron por muchos como claramente correctas y enteramente ciertas. La esclavitud de africanos, el exterminio de las tribus y naciones indígenas en América, la inquisición católica, la quema de brujas en Salem, el holocausto, el comunismo de Joseph Stalin y el macartismo en un EEUU histérico y miedoso ante la URSS, son ejemplos de nefastas consecuencias del fanatismo en las masas.

Y es que no es fácil prevenir el fanatismo. A veces situaciones extremas, como la guerra, pueden estar justificadas -una invasión militar a una nación más débil-, por lo que reconocer si verdaderamente participar en esa guerra es algo correcto, podría no ser fácil para un pueblo entero. Capturar y mantener un vasto terreno, que ha sido donado a un pueblo elegido por Dios a través de sus escrituras, recuperar el santo sepulcro en manos de infieles, llevar la civilización occidental a pueblos inferiores, preservar la monarquía, combatir la subversión independentista, luchar contra el anarquismo, el comunismo, el tráfico de drogas o el terrorismo, son algunas de las variadas justificaciones que han encubierto otros intereses reales a través de repetidos discursos que se le han inculcado a la población.

Hitler no hubiera podido colocarse en una situación ventajosa para sus terribles propósitos, si las potencias occidentales disimuladamente no le hubieran dejado actuar, bajo la ingenua esperanza de que acabaría con los comunistas y se detendría. Y el mismo error se ha repetido numerosas veces, se ha alimentado a terribles dictaduras para luchar contra el comunismo, sacrificando a pueblos enteros y el orden jurídico internacional con mayor descaro cada día. El propio Saddan Hussein gozó de armas y el respaldo de los EEUU, para disminuir la influencia y presencia de la revolución persa de Ayatohla Jomeini en Irán. Pero cuando dejo de ser útil, se inventó el absurdo y mentiroso escenario de que poseía armas de destrucción masivas que amenazaban gravemente al mundo entero, para derrocarlo y capturar el petróleo iraquí.

Y es que el juego político moderno es tan complejo, pragmático y carente de verdadera ética, que no se duda en fomentar el fanatismo de las masas para sacar alguna ventaja específica. A su vez, la educación ha decaído tanto en su calidad, que hasta gente con títulos de tercer y cuarto nivel, que han viajado por el mundo y convivido con otras culturas, pueden comportarse igual de vulnerable, que aquellos que apenas poseen una formación de escuela primaria. No importa que hayan visto como otras naciones y pueblos enteros, fueron deliberadamente manipulados por engañadores de oficio, esta pobre gente no considera que podría ser presa del mismo problema.

Para este sector de gente, parece que nunca sucedieron los acontecimientos de 1967 en el curso del profesor Ron Jones de la escuela de secundaria de Cubberley, Palo Alto, California, EEUU. Sucesos popularizados a través de una novela y luego un filme alemán de nombre Die Welle (La Ola) (http://bit.ly/18LQvwi), que ilustran como un docente intentando enseñar lo que es autocracia, pierde el control del grupo y da origen a un comportamiento social que más bien promueve lo que el deseaba enseñar como incorrecto. Parece que ninguno de esa gran cantidad de ciudadanos venezolanos, muchos con formación profesional en ciencias políticas y que a menudo leen y escuchan a “connotados expertos y analistas políticos”, han considerado que algo que se ha sucedido repetidamente en todo el mundo y en distintas épocas, les pueda llegar a pasar.

Más aún, sostienen que su contra-parte, que según ellos es muy ignorante y carente de una formación profesional, cayó en manos de un líder populista que lo manejó a su antojo por catorce años. Sin embargo, por propio fanatismo se cree vacunada ante tal posibilidad. Pero lo más grave es que busca con ansia el pronóstico anual de adivinos que le prometen una y otra vez, sin pegar una, que caerá el régimen que tanto odia. Ahora lo más patético es conocer que siguen a ciegas a un supuesto profeta y a un pseudo líder que está en el estado de Florida y que les prometen una victoria segura en sus deseos, si siguen sus planes con una fanatismo desbordado. Si el profeta y el pseudo líder con alta inestabilidad emocional, les ordenan que se maten entre sí, no predomina la racionalidad, sino que el fanatismo germinado por el odio hacia el gobierno actual de Venezuela, les lleva a hacerlo rabiosamente. Es la triste hora de los líderes descocados y de ellos, fanáticos que rayan en la locura colectiva.

Es una situación muy triste y sombría, ya que no hay una salida fácil de algo que está en la psiquis de una gran colectividad. Ya lo dijo Voltaire: “Cuando el fanatismo ha gangrenado el cerebro, la enfermedad es casi incurable”.

domingo, 23 de febrero de 2014

¿DE DÓNDE PROVIENEN ESOS ESTUDIANTES INSENSIBLES ANTE EL SUFRIMIENTO DE LOS DEMÁS CIUDADANOS?
Alberto Salazar
23 de Febrero de 2014



El profesor y doctor en filosofía Francisco Rivero hace años expresó que algunas de las universidades tradicionales del país, no educan, sino que adiestran. Y con ello se refiere a que más que encaminar o preparar para la vida digna de lo que debería ser un egresado universitario, esas instituciones lo que hoy hacen es proveer de un mínimo de destrezas para que el sujeto desempeñe un oficio que demanda ciertos conocimientos específicos. Es decir, el adiestramiento se enfoca para brindar los saberes requeridos para que el sujeto pueda insertarse en el mercado laboral, como un empleado más que engrosará las filas de los trabajadores corporativos. Y eso no es casual, es deliberado, ya que las empresas están deseosas de trabajadores, unos más preparados que otros, que puedan desempeñarle las tareas que necesitan, y las universidades referidas, tomaron un atajo pragmático, sacrificando una mejora en la preparación intelectual de la sociedad futura.

Por ello es comprensible que uno se encuentre ante un estudiante que aunque conoce lo que se le enseña, prácticamente ignora cosas que resultan indispensables en la formación completa de un profesional universitario. Puede ser casi un ingeniero, pero no comprende las realidades básicas de los sistemas económicos del mundo. Puede estar terminando la carrera de medicina y desconocer prácticamente lo básico de como funciona un sistema judicial. Podemos encontrarnos ante un pichón de psicología, que ignora grandes problemas mundiales como la superpoblación, las voraces necesidades energéticas, o desconocer casi la totalidad de la historia de la nación donde nació o donde vive. Es decir, son profesionales con carencias notables en su formación, lo cual los coloca en una posición favorable para ser manejados por otros mejor preparados.

Lo más grave es que aunque nos sorprendan por su gran ignorancia y constantes prejuicios, creen que el hecho de estar en una universidad les otorga una patente de sabio. Los medios les han hecho creer que son seres superiores y repiten cual loro, que son el futuro del país sin comprender la responsabilidad que ello adosa. Salen a la calle, pensando que hay que rendirles pleitesía, por poseer un intelecto privilegiado. Pero no es así, basta con recordar al ejército de comunicadores sociales salidos de la UCV, UCAB y USM de un lado y al bachiller Mario Silva del otro, dejándolos en ridículo todas las noches, con su programa “La Hojilla”, para detectar que algo no está del todo bien.

Un ejemplo de esto lo percibí hace un par de días, cuando una estudiante de la cuadra donde habito, lideró a otros dos más, para en nombre de defender su futuro y por demandar vivir en libertad y democracia, según ella, decidió juntar la basura de toda la calle en pleno paso de los vehículos y prenderle fuego a modo de colocar una güarimba. No pudo razonar que estaba decidiendo, autoritariamente, algo que afectaría la salud de todos los que habitan allí. Que tal acto, además de ser un verdadero riesgo y altamente contaminante, podía incomodar a cualquiera de los bebés, niños, adultos y ancianos que conviven con ella en esa misma zona geográfica. Tampoco se detuvo a pensar en lo poco democrática que era su actitud, ya que estaba obligando, sin consulta de ningún tipo, a otros a sufrir una significativa molestia física por casi 24 horas, al tener que inhalar vapores tóxicos de los mismos desperdicios que generamos en nuestro vivir diario. No consideró ni por un instante que alguien podría estar afectado de las vías respiratorias, o que alarmaría innecesariamente a la comunidad.

No fue así, ella justificó su conducta delictiva con base al repetido lema de que defiende su derecho y futuro. Una estudiante que no es capaz en lo mínimo de ponerse en los zapatos de otros a quienes perjudicaría, o que se cree superior a ellos. Tal conducta encaja con el patrón de aquellos estudiantes que impiden el paso de otros, incluso de emergencias, porque están luchando por la libertad y por Venezuela. Ha habido muertos y sin embargo no hay ningún pronunciamiento para enmendar tal problema. Y uno se pregunta: ¿Qué les enseñan en sus universidades, que no pueden ver lo absurdo de su comportamiento en sociedad? o ¿Qué les enseñan que se hacen insensibles al sufrimiento de sus congéneres?. ¿Son egoístas extremos por torpeza o adrede? ¿Es que no saben vivir en sociedad? ¿O es que se creen una clase superior para la cual ciertos privilegios se permite? El problema es grave ya que apunta a examinar los valores y la forma de pensar que se ejercita realmente en esas universidades tradicionales.

La historia culmina, con el hecho de que al paso de un rato los vecinos de la urbanización, donde escasamente el chavismo obtiene un 10% de votos, empezaron a quejarse con gritos por los balcones. Se sentían asfixiados y le reclamaron a la estudiante lo hecho. Uno de ellos le dijo que ella era una delincuente, y la estudiante gritó ofendida que ella no era delincuente que era estudiante. ¡Qué lógica más pobre! Como si el hecho de ser estudiante puede vacunar a alguien para que jamás sea un delincuente. La pobre estudiante, desconoce el significado del término delincuente. Ella debe suponer que delincuentes hay en los barrios pobres de la capital, que son únicamente la gente de piel oscura o que son los pobres. Y como no reúne ningunas de esas cualidades y además es estudiante, entonces no puede ser delincuente. Ella debe estar llena de prejuicios erróneos y carece de capacidad para entender algo tan simple como que un delincuente es alguien que ha cometido un delito. No puede concebir en su mente, que un delito es quebrantar la ley, y que su acción violentó varias leyes y ordenanzas. Aunque se le explique no puede aceptar que al cruzar la rayo de lo no permitido, automáticamente se convirtió en una delincuente.

De modo que hay pocas esperanzas de que pueda comprender lo erróneo de un razonamiento como el que seguidamente se describe:

1.- Dado que hay un nivel intolerable de delincuencia en el país, voy a protestar para que el poder ejecutivo cumpla su obligación de disminuirla.
2.- Para hacer que mi protesta se note en el mundo, voy a cometer un delito. 
3.- Si el gobierno me castiga, estará incumpliendo su obligación de combatir a la delincuencia.

Así que nuestra sociedad debería reflexionar acerca de cómo se desempeñarán esos futuros profesionales mañana. ¿Cómo es que perdieron la empatía por sus congéneres?, ¿Cómo es que son indolentes ante el sufrimiento de otros?, ¿Cómo es que no emiten la más mínima señal de pena, por la muerte de alguien que se degolló por algo que ellos colocaron y se quejan a cada instante de sus compañeros muertos?, ¿Cómo es que invocan valores y conceptos como libertad, derechos humanos y no son capaces de rectificar ante sus errores?, ¿Cómo pueden obtener un título de tercer o cuatro nivel y no son capaces de comprender el punto de vista de su interlocutor? y ante el cacareado lema de que son el futuro: ¿Cómo reaccionarán ante un problema de ganar dinero, o ante uno que plantee preservar el ambiente?, ¿Cuál decisión tomarán ante la disyuntiva de cumplir las leyes o alcanzar una meta corporativa?

No se trata de un asunto superficial, ya que lo que hagamos hoy moldeará el mañana y construir una sociedad distinta pasa por revisar todos los paradigmas y postulados educativos. Ya lo dijo Confucio: “Donde hay educación no hay distinción de clases.