SOBRE AQUELLOS QUE DICEN Y REPITEN QUE NUESTROS ESTUDIANTES NO PUEDEN SER MANIPULADOS
Alberto Salazar
19 de Febrero de 2014
Hay gente que se deja deslumbrar por muchas cosas. Algunas valen la pena y otras son falsas. Así que resulta común que ciertas personas lean alguna frase y sin pensar en profundidad acerca de su contenido, de inmediato, la tomen como una frase plena de verdad y de sabiduría. Así por ejemplo, un conocido profesor universitario, identificado con la oposición política al gobierno actual, escribió hace pocas horas, en su cuenta de Twitter, este mensaje: “El que crea que los estudiantes son "manipulables", o nunca ha sido estudiante o jamás ha trabajado con y por ellos.” Y aunque el mensaje tiene casi 700 retransmisiones (“retweets”), sin críticas, y 70 marcas como del tipo “mensaje favorito”, no hace falta ser un filósofo profesional, para dudar de semejante aseveración.
No hace muchos años, gran parte del mundo fue víctima de un engaño masivo, una mentira criminal y una manipulación descarada para invadir Irak (http://bit.ly/1gh3Zyi). Profesionales, estudiados, trabajadores, gente sin formación académica, ciudadanos de varias naciones del mundo y hasta gobiernos enteros, creyeron la manipulación burda y descarada del gobierno estadounidense para invadir Irak. Y sostengo que fue una manipulación y mentira, porque ese gobierno mismo gobierno tenía evidencias de que lo que afirmaba podía ser completamente falso, pero deliberadamente la ignoró. Sus interese comerciales, principalmente petroleros, predominaron a la hora de actuar. Luego, se burló de su misma idiotez (http://bit.ly/1jQzB3u), dejando además como estúpidos a todos aquellos que creyeron que frente a un problema tan serio y con numerosas vidas humanas de por medio, se les decía la verdad responsablemente. El asunto resultaría extremadamente cómico por lo crédulos y manipulables que somos, si no fuera por lo trágico de la muerte y destrucción que arrastró semejante error.
Así que uno puede preguntarse: ¿Qué condición tiene un estudiante venezolano para hacerlo invulnerable ante una manipulación? ¿Qué facultad posee ese estudiante, que lo coloca en un plano distinto e impide que pueda caer como le acontece a muchos en el mundo? La respuesta es ninguna. El profesor escribió un gran disparate, quien sabe si adrede o embargado por una gran emotividad, pero lo malo es que muchos lo toman como una muestra de gran sapiencia.
Hasta un delincuente sin muchos estudios comprende que podemos ser víctimas de una manipulación planificada. Por eso existen los secuestros y las tomas de rehenes. Porque los criminales entienden que podemos inhibir o alterar nuestra conducta natural ante la posibilidad de perder algo que consideramos de sumo valor, por ejemplo, la vida de un ser querido. En otras ocasiones, una sustancia, algo que se absorbe por la piel o que de una u otra forma ingerimos, nos coloca en un estado fácil para ser manipulados.
Por otra parte, resulta común que la gente acuda a profesionales para que les ayuden a manipular su mente y cambiar su conducta. Por ejemplo, aprender a manejar la ira o la depresión. Si fuéramos inmunes a la manipulación, la psicología y psiquiatría no tendrían razón de existir. Nos dirían, no hay forma de cambiarte. Nosotros, con ayuda profesional o por sí mismos, podemos manipularnos hasta hacernos reaccionar en modo distinto a como antes lo hacíamos. Por ello la referencia al conocido filme "El candidato de Manchuria" acompaña este escrito.
Adicionalmente, hay sociólogos, historiadores y otros estudiosos, que con frecuencia relatan o discuten sobre la manipulación que hizo Hitler del pueblo alemán. Se refieren al proceso de cómo el nazismo explotó ciertas condiciones a su favor y logró extender su ideología hasta hacerla la predominante en la Alemania de finales de los treinta. Es más, muchos de los ideólogos de la oposición sostienen que Hugo Chávez fue un gran manipulador. Lo que inusitado es que se pueda pensar que por entrar en una universidad, se consigue una vacuna ante tal posibilidad.
Así que creer que por ser estudiante venezolano se es invulnerable a la manipulación es casi tan infantil como creer que “Superman” existe. Por ello me parece increíble que gente de clase media, algunos con títulos de cuarto nivel, no perciban la falsedad de semejante afirmación; el enorme disparate que están tomando como muestra magistral de una sapiencia extraordinaria.
Y aunque es evidente que el ser humano puede ser manipulado, nos gusta negar tal posibilidad. Y más aún, aseguramos fácilmente, que nosotros no lo somos. Tal vez otros sí, pero nuestra persona no. Descartamos así que nuestras emociones pueden conducirnos fácilmente a distorsionar los eventos y actuar en modo distinto a cómo habríamos hecho si no hubiésemos sido influidos. Olvidamos que cuando estamos enamorados, llenos de odio, enfermos, eufóricos, u otros estados, somos proclives a ser manipulados.
Es más, la mejor forma de reducir la posibilidad de que nos manipulen y manejen al antojo de otro, es reconociendo primeramente que podemos ser manipulados. Luego, ante cada hecho que se nos presente, ponemos en duda su veracidad y la examinamos a fondo. Si es necesario se reexamina con el descubrimiento de nuevas evidencias. Eso es lo que hace un científico y por ser cada vez más riguroso antes de asegurar algo, es que la ciencia avanza. Ello no indica que no se hayan hecho fraudes, como el conocido engaño del hombre de Piltdown que perduró por más de 40 años. Y cada vez que algo así sucede, es porque de una u otra forma se ha sido ligero en comprobar la veracidad. A la larga, el fraude se pone de relieve y se corrige la falsedad.
Hoy en día nos inundan de fotos y vídeos falsos o trucados. Nos mienten descaradamente y hay cientos que sostienen que la mentira es válida para lograr sus fines. Encajan en aquel nefasto lema de: “El fin justifica los medios”. La fanática actriz, Amanda Gutiérrez, de tendencia política extrema contra el gobierno actual, divulgó una falsa fotografía de violación a un estudiante. Una imagen que apenas se examina se percibe que era muy fácil de poner en duda. Los uniformes de la policía tenían el letrero en inglés y no se ajustan al de nuestros cuerpos policiales. También era lógico preguntarse en quién y cómo habría estado alguien en un ángulo superior al horrible suceso, como para tomar tal fotografía y lograr publicarla más tarde. En otras palabras, Amanda tenía elementos notables para no confiar en la autenticidad de lo que publicaría, que además resultaba delicado y hasta posiblemente lesivo contra el supuesto estudiante. Pero según sus propias palabras, cuando le indicaron la fuente pornográfica de dónde provenía la imagen, solamente expresó que pedía disculpas por haberse ido de bruces. Amanda jamás recordó que no es la primera vez que hace tal tipo de cosas y que por lógica, debería haber aprendido a ser mucho más cautelosa con otorgar veracidad a lo que le llega.
Finalmente, frente al caso inicialmente señalado en este ensayo, hay que señalar que todo profesor universitario sabe que por ley, su objetivo principal es buscar y defender la verdad. Así que si un profesor escribe un disparate tal como lo ha hecho el que hemos mencionado, ello es preocupante. Pero aún es más preocupante para una sociedad, que muchos lo tomen como verdad. Incluso otros seres que han entrenado su mente dentro del espíritu de la academia y el rigor científico. Razón tenía Aristóteles al expresar algo que debería guiarnos a todos: “Platón es amigo, pero más amiga es la verdad”.
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