AL FIN
OBAMA DESCUBRIÓ EL AGUA TIBIA, PERO EVITÓ DECIRLO CLARAMENTE: ¡
LAS POLÍTICAS NEOLIBERALES SON UNA ESTAFA PARA LA CLASE MEDIA Y LA
POBRE !
Alberto Salazar
5 de Diciembre de 2013
Ayer,
4 de Diciembre, el presidente de los Estados Unidos de América
(EUA), Barack Obama, nos sorprendió con un discurso en donde muestra
que está descubriendo el agua tibia. El siguiente extracto muestra
porqué opinamos eso: “...quiero pasar algún
tiempo hablando de la actualidad y se trata sobre la peligrosa
desigualdad, y la creciente falta de movilidad socio económica
ascendente, que ha puesto en peligro el acuerdo básico con la clase
media de los Estados Unidos, el cual establece que si uno trabaja
duro, usted tiene la oportunidad de salir adelante.
Y creo que este es el reto definitivo de nuestro tiempo: hacer que
nuestra economía funcione para todos los estadounidenses que
trabajan. Es por eso que me postulé para presidente. Fue el centro
de la campaña del año pasado. Y que conduce todo lo que hago en esa
oficina.”
Obama reconoce que el “sueño americano de un modo de vida” ya no
se cumple. Más adelante menciona que hasta tres décadas después de
la segunda guerra mundial la clase media prosperaba. Es decir, señala
1975 como límite a la época de las vacas gordas en EUA. ¿Qué pasó
después de esa fecha? En el mismo discurso, el presidente lo señala
unas líneas después: “Pero a partir de finales
de los años 70, ese pacto social comenzó a desmoronarse. La
tecnología hizo que fuera más fácil para las empresas hacer más
con menos, eliminando ciertas ocupaciones laborales.” Es
decir, cuestiona lo que tanto se nos ha repetido innumerablemente,
que más tecnología significa mayor progreso y que las empresas
velan por el bienestar de sus empleados. Que son las corporaciones
quienes deben recibir todo el respaldo del gobierno ya que ello se
traducirá en beneficios de sus trabajadores.
Y es que, aunque no se
crea, el discurso de Obama repite ideas que numerosas veces la
izquierda ha señalado, pero que falsamente se le han refutado una y
otra vez. Para muestra un botón: “Mientras los
valores de la comunidad se quebraban y aumentaba la presión por la
competitividad, el cabildeo de las empresas se incrementó sobre
Washington para debilitar a los sindicatos y el valor del salario
mínimo.”
El discurso es una joya en su diagnóstico, sobre
las perversiones de la economía estadounidense. Así más adelante
señala: “A partir de 1979 nuestra economía se ha más que
duplicado en tamaño, pero la mayor parte de ese crecimiento ha
fluido a unos pocos afortunados. El 10 por ciento de la gente que
antes tomaba un tercio de nuestros ingresos ya no lo hace más, sino
que ahora se lleva la mitad de este. Mientras que en el pasado, un
gerente general de una empresa ganaba aproximadamente una media de 20
a 30 veces el ingreso de un trabajador promedio, hoy lo hace 273
veces más. Y mientras tanto, una familia que está en la parte
superior del 1 de la escala social, tiene un patrimonio neto de 288
veces por ciento mayor que el de la familia típica, lo que
constituye un récord para este país.
Así
que el acuerdo básico, en el corazón de nuestra economía, se ha
desgastado. De hecho, esta tendencia hacia la creciente desigualdad
no es exclusivo de la economía de mercado de Estados Unidos. En todo
el mundo desarrollado, la desigualdad ha aumentado.”
Pero si alguien aún tiene dudas de lo que el
presidente de EUA ya comprende y de lo que considera importante,
también debe leer esta parte que dijo: “El problema es que, junto
con una mayor desigualdad, en los últimos años hemos visto
disminuir los niveles de la movilidad social hacia arriba. Un niño
nacido en el 20 por ciento de los niveles altos, tiene una
probabilidad de 2 sobre 3 para alojarse en o cerca de la parte
superior. Un niño que nace en la parte inferior del 20 por ciento de
los niveles, tiene menos de una oportunidad en 20, para subir a la
parte superior. Y es 10 veces más probable que se quede donde está.
De hecho, las estadísticas muestran no sólo un rango de desigualdad
en los ingresos, sino que estamos cerca de países como Jamaica y
Argentina, por lo cual , hoy en día, es más difícil para un niño
nacido aquí, en Estados Unidos, mejorar su posición en la vida de
lo que es para los niños de la mayor parte de nuestras saludables
naciones aliadas, países como Canadá, Alemania o Francia. Esas
naciones tienen una mayor movilidad social que nosotros, no menos.”
Hay más partes en ese memorable discurso, que elevan la angustia en
cualquier persona. Una de ellas es: “Y por
último, el aumento de la desigualdad y la disminución de la
movilidad socio económica son malos para nuestra democracia. La
gente ordinaria no pueden firmar cheques para pagar masivas campañas
o contratar a caros cabilderos y abogados, para asegurarse de que se
elaboren políticas que distorsionen el terreno de juego a su favor y
a costa de todos los demás. Así que la gente recibe un mal gusto
que amaña el sistema. Y eso aumenta el cinismo y la polarización, y
disminuye la participación política, lo cual es una parte necesaria
para nuestro sistema de autogobierno.” Es decir, aquí Obama
reconoce el sucio juego de las empresas y la carencia de balance con
la ciudadanía común.
Posteriormente, Obama hizo mención a que una de las causas son las
clases. Esa parte, aunque con tinte marxista, inusitadamente arrancó
aplausos de la gente. Aquí el extracto: “Así
que el hecho es este: la brecha de oportunidades en Estados Unidos es
ahora más acerca de la clase que de la raza. Y esa brecha es cada
vez mayor. Así que si vamos a tener que enfrentarnos con el
crecimiento de la desigualdad y tratar de mejorar la movilidad
ascendente para todas las personas, tenemos que ir más allá de la
falsa noción de que este es un tema exclusivamente de interés
minoritario.”
Otros segmentos del discurso no son menos interesantes: “En
segundo lugar, tenemos que acabar con el mito de que los objetivos de
crecimiento de la economía y de la reducción de la desigualdad,
entran necesariamente en conflicto cuando en realidad deberían
trabajar en conjunto.” Aquí Obama mencionó la necesidad de
tener un crecimiento económico compartido entre toda la gente. Esto
contrasta con el tradicional estribillo que nos dicen constantemente,
acerca de que si crecen los ricos y poderosos, necesariamente lo
hacen los pobres y débiles. Más aún, el presidente de EUA fue
enfático y lo volvió a señalar, la importancia de conseguir
crecimiento económico y mejorar la justicia social.
Por si todo esto fuera poco, Obama añadió otras ideas que casi
suenan a un político socialista. Lea y verifique usted mismo: “En
tercer lugar, tenemos que dejar de lado la creencia de que el
gobierno no puede hacer nada acerca por la reducción de la
desigualdad. Es cierto que el gobierno no puede evitar todos los
inconvenientes del cambio tecnológico y de la competencia global,
que ahora mismo están ahí afuera, y que algunas de esas fuerzas son
también algunas de las cosas que nos están ayudando a crecer. Y
también es cierto que en el pasado, algunos programas, como el del
bienestar de antes, fue reformado, siendo pobremente diseñados,
creando así la carencia de incentivos para trabajar. Pero también
hemos visto cómo al lo largo del tiempo, la acción del gobierno y
de nuevo, puede hacer una enorme diferencia en el aumento de las
oportunidades y en el fortalecimiento de la escalera para la clase
media. Las inversiones en la educación, las leyes que establecen la
negociación colectiva y el salario mínimo -(aplausos)- todos estos
contribuyeron al aumento de los niveles de vida de un número masivo
de los estadounidenses.”
Todo esto niega la
predica de muchos economistas y políticos que sostiene que el
gobierno debe reducirse, que debe privatizar cosas como educación y
quedarse por afuera en las negociaciones de los salarios de los
trabajadores. Eso lo afirmó Barack Obama y fue bien recibido por el
público. Más aún, señaló que la negociación colectiva es buena.
Más elocuente no pudo haber sido el presidente estadounidense.
Declaró públicamente y con importante estruendo que la economía
actual tiene serios perjuicios. En esta frase señaló que debe
buscarse un nuevo rumbo: “De hecho, esa es la
tarea de nuestra generación, reconstruir la base económica y cívica
de los Estados Unidos, para continuar con la expansión de
oportunidades para esta generación y para la siguiente generación.”
A continuación Obama
indicó numerosas acciones que su administración va a iniciar para
corregir el rumbo de la economía. Asombrosamente, no lo dejó en
manos del mercado. Por el contrario, declaró la decidida
participación gubernamental.
Pero donde soltó una aseveración extremadamente discutible fue en
esta frase: “Esto no debería ser una cuestión
ideológica. Ustedes saben que fue Adam Smith, el padre de la
economía de libre mercado, quien una vez dijo: "Los que
alimentan, visten y albergan a todo el cuerpo de la gente, debe tener
una parte del producto de su propio trabajo, como para estar ellos
mismos tolerablemente bien alimentados, vestidos y alojados" .
Para aquellos de ustedes que no hablan el viejo idioma inglés
-(risas)- permítanme traducirlo. -(Risas.)- Eso significa que si
usted trabaja duro, usted debe tener una vida digna. (Aplausos.) Si
usted trabaja duro, usted debe ser capaz de mantener a una familia.”
Y no es que Adam Smith no
tenga razón en lo dicho, o que Obama lo haya interpretado mal. Es
que el asunto si es ideológico, es netamente ideológico. Ideológico
porque se trata de la interpretación de las palabras de Smith y de
la forma como hoy nos presentan el libre mercado. La ideología
económica imperante y que los resultados actuales muestran que
genera graves perjuicios para los más pobres. Es ideológico, dado
que hay en vigencias políticas económicas que se derivan de ideas y
concepciones sobre cómo debe funcionar esta y que le dan un peso
mayor al libre mercado.
Cómo no va a ser importante ver la ideología si más adelante el
mismo Obama dijo: “Estoy de acuerdo con esos
votantes y voy a seguir luchando hasta que consigamos a lo largo de
todo el país, un mayor salario mínimo para los trabajadores
estadounidenses. Eso será bueno para nuestra economía. Será bueno
para nuestras familias. -(Aplausos.)-” ¿Es que esa promesa
no tiene un trasfondo ideológico que la sustenta? ¿La necesidad de
maximizar el salario mínimo no va acorde con un modelo de cómo debe
funcionar la economía, y de cómo puede disminuirse la desigualdad y
la falta de crecimiento?
Entonces, hay que aceptar
que el debate si es ideológico. Que esa ideología ha orientado las
políticas económicas no de una, ni dos administraciones
estadounidenses, sino de todas las que han existido desde finales de
los 70's. Por ello, hay que revisar qué pasó en materia económica
en EE.UU., y otros países desarrollados, a finales de la década de
los setenta. La respuesta Obama peligrosamente la ignoró en todo su
discurso.
En 1981 y hasta 1989, la
presidencia de los EUA estuvo presidida por Ronald Reagan y su
política económica fue tan drástica que se acuño el término
“Reaganomics”, como la contracción del apellido del presidente
con la palabra economía. En ese tiempo y después, las ideas
económicas predominantes del gobierno estadounidense siguieron las
directrices del premio nóbel Milton Friedman, economista y profesor
de la Universidad de Chicago. Friedman fue defensor a ultranza del
libre mercado.
En palabras simples, lo
que Obama no dijo fue que, desde los anos ochenta, con Reagan en EUA
y Margaret Thatcher en Gran Bretaña, se impuso el neoliberalismo. Y
lo que más de tres décadas después ahora se critica es, los
resultados económicos de la aplicación sostenida del neoliberalismo
económico. Lo mismo que todavía muchos economistas nos recomiendan
como la “medicina para nuestros problemas”. Obama, sin decirlo
claramente, despotricó claramente del neoliberalismo. En EUA no hay
una economía socialista imperante, y mucho menos comunista. Nos
apabullaron con el fracaso de la economía de la URSS, pero ahora, en
bajo tono, critican su doctrina económica del libre mercado que se
auto regula y todo lo controla favorablemente.
Así que tal vez sea que
EEUU ha empezado a soltar el lastre del neoliberalismo. Tal vez
empiece a recordar a uno de sus presidentes más respetados fuera de
sus fronteras, que enfrentó la gran depresión de Wall Street de
finales de la década del treinta, con una política económica con
interés en lo social bajo la ideología económica de John Maynard
Keynes. Franklin Delano Roosevelt, a quien no pocas veces se acuso de
comunista y quien en una ocasión dijo: “La prueba de nuestro
progreso no es si añadimos más a la abundancia de aquellos que
tienen mucho; es si proporcionamos suficiente a aquellos que tienen
demasiado poco”.
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Dado que la traducción
libre que hicimos del discurso de Obama, puede ser puesta en tela de
juicio, aquí colocamos la dirección de su transcripción del
original en idioma inglés: http://goo.gl/aG4hLA
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